Vengo a contaros la Ruta Inca que hice en mayo. Quería haber escrito el post a la vez que hice el de Perú, pero lo dejé con mi novio y me traía demasiados recuerdos así que he esperado un poco de tiempo a que se me enfriara el cerebro.
Pos eso. Después de esta introducción lacrimógena, os dejo lo que dice el google sobre la Ruta Inca:
El Camino Inca es considerado la mejor caminata de América del Sur. Se trata de una ruta de 43 kilómetros por antiguos senderos incas hasta Machu Picchu. La duración del recorrido es de 4 días y 3 noches. Los turistas tienen la oportunidad de apreciar la belleza paisajística con sitios arqueológicos incas incluidos la Maravilla del Mundo.
Los incas abarcaron gran parte del continente Sudamericano. Para mantener la comunicación en un territorio tan basto fue necesario construir una red de caminos. Así, el inca mandó edificar una red de caminos denominados Qhapac Ñan (Camino del Inca). Los Qhapac Ñan alcanzaron cubrir hasta 30 mil kilómetros de los actuales países de Perú, Ecuador y parte de Bolivia, Chile, Argentina y Colombia. La ruta de senderismo del Camino Inca a Machu Picchu es sola una pequeña parte de la extensa red de caminos de los Qhapac Ñan.
El Camino Inca fue revelado al mundo en 1915 cuando mientras se excavaba en la Ciudad Inca. Tres décadas después, la ruta fue trazada por la expedición Viking en 1942. Hoy, miles de visitantes deciden recorrer los 43 kilómetros hasta la ‘Puerta del Sol’ en Machu Picchu.
Básicamente, el Camino Inca te permite llegar a Machu Picchu no en tren como la mayoría de turistas, sino caminando por el camino original que conducía a Machu Picchu y por el que entraban los incas, a través de la Puerta del Sol. Ha sido sin ninguna duda la ruta de senderismo que más me ha impactado, es una maravilla natural y para las amantes de la Historia, no se puede dejar de hacer. Para mi, ir al Machu Picchu en tren es como ir a París y sólo ver la torre Eiffel. Sí, estás viendo lo más famoso, pero te estás dejando fuera ochocientas cosas increíbles.
Físicamente, es demandante pero no imposible. Cualquier persona con una forma física medio buena puede hacerlo. Cada uno va a su ritmo y el guía no te mete presión nunca para que vayas más rápido. Hay tiempo de sobra durante todo el trayecto y la única diferencia entre una persona lenta y una rápida es que la rápida llegará al campamento a las 3 de la tarde y se pondrá a jugar a las cartas hasta la noche, porque no hay otra cosa que hacer, mientras que la lenta llegará directamente a las 6 para la cena. Lo peor que te puede pasar supongo que es que te de mal de altura, ya que toda la ruta se mueve entre los 2.500-4.000 metros sobre el nivel del mar, por eso yo recomendaría pasar un par de días en Cuzco antes de empezar la ruta para aclimatarse. En mi caso, llegué a Cuzco en avión un viernes a la noche y empecé la ruta el domingo (concretamente, el 23 de abril).
Esta es la visión longitudinal:
Primer día:
Pues lo llaman el día fácil pero tiene un par de subidas que te dejan con la lengua fuera
Primero el autobús te va a llevar a desayunar a un sitio de guiris y luego te va a dejar en el km. 82, donde entregas el pasaporte (que tiene que ser el mismo con el que te registraste al hacer la reserva, en mi caso lo tuve que renovar así que llevé mi pasaporte nuevo y una fotocopia del antiguo, aunque si puedes llevar el antiguo, aún mejor, a ellos les da igual que esté caducado).
Aquí gente random feliz que acaba de llegar al cartel viejo (ahora hay otro):
Atraviesas el río por un puente y enseguida vas a empezar a ver los primeros restos de terrazas incas. Empiezas a subir y llegas a Llactapata, un sitio increíble, o sea llevas 1 hora andando y ya te empiezan a venir escalofríos:
De ahí seguimos subiendo hasta el campamento. No todos los grupos duermen en el mismo campamento, es la autoridad peruana la que te dice cuál corresponde a tu grupo. Nuestra primera noche fue en el "jardín" de la casa de una señora que nos vendió unas cervecitas para pasar el rato mientras esperábamos a la cena.
Segundo día:
El más duro porque es todo subida. Los porteadores (que cargan con las tiendas de campaña, la comida, las sillas y todo) te despiertan a las 5 de la mañana con un té de coca calentito para empezar el día. Usamos el baño y comenzamos subiendo hacia Wayllabamba primero y hasta Llulluchapampa después. En este tramo vi mi primera llama
Este campamento me hizo gracia porque llegas ya medio cansado de subir escaleras, básicamente el segundo día sólo subes escaleras, así:
y es como un oasis en medio de la nada donde hay esta gente vendiendo barritas de Mars y Coca-Colas que no sé cómo conchos les llegan, como no se lo suban en helicóptero:
De ahí se suben chorricientas escaleras más (esta es la parte más dura del día, pero al menos ves paisajes preciosos y una cascada y una parte grande es entre árboles a la sombra) para llegar al paso de la mujer muerta, Warmiwañusca, a 4.200 metros de altitud. Es el punto más alto de todo el recorrido.
Este señor parece como que no le ha costado nada llegar pero ya os digo yo que es mentira:
Esta señora americana me representa más:
Lo peor del día es que llegas ahí y claro, ves el otro lado de la montaña y te das cuenta de que aún te falta un rato para llegar al campamento. La buena noticia es que hay un baño finlandés muy bien puesto ahí que me salvó de hacer pis entre las piedras. Finlandés porque ponía que lo habían financiado los finlandeses, era un baño normal y corriente (bastante limpio, teniendo en cuenta que está a 4.000 metros de altura y no creo que lo haya lavado nadie nunca).
Pero bueno, por fin llegamos a nuestro campamento, Pacaymayo, a 3.350 metros de altitud y nos pusimos inmediatamente a comer. Es el campamento más bonito, está en un sitio muy pintoresco junto a un río y se ven las cascadas del deshielo alrededor.
Tercer día:
El mejor día, porque se ven un montón de ruinas increíbles. Igual que el día anterior, nos levantaron nuestros porteadores con un té de coca. Enseguida llegamos a las ruinas de Runkurakay, que en los tiempos del inca servía de casa ceremonial y de vigilancia y ahora hace de mirador.
De ahí se sigue subiendo hasta el Second Pass (o sea, el segundo puerto de montaña), donde paramos a comer una manzana y seguimos, atravesando un túnel excavado en la roca por los incas, hasta las siguientes ruinas, Sayacmarca. No puedo decir que sean mis favoritas porque todas las ruinas son mis favoritas, pero son realmente impresionantes, es que se me eriza la piel de recordarlo. Es una ciudad abandonada en lo alto de la montaña.
Aquí el sendero ya va totalmente por la selva y es muy bonito de hacer, se disfruta mucho. Justo bajando de Sayacmarca están las pequeñas ruinas de Qonchamarka:
Realmente te sientes como Indiana Jones descubriendo ruinas a cada dos pasos, es una barbaridad.
Las últimas ruinas que vimos antes de llegar al campamento fueron las de Intipanta, que tienen unas vistas acongojantes de todo el valle.
Cuarto día:
Toca levantarse a las 3 de la mañana porque los porteadores tienen que darnos de desayunar e irse zumbando a coger el tren que les lleva de vuelta a su casa. El ambiente es de cansancio pero de optimismo porque sabes que ese día por fin te ducharás
Nosotros hicimos hora y media de espera en la puerta del checkpoint de Wiñaywayna, hay un cartel que pone "Control de Wiñaywayna, usted terminó satisfactoriamente su recorrido" y se me calló la lagrimita de felicidad. Cuando abren el checkpoint, por alguna razón que no comprendo, se pone todo el mundo a correr como si les fueran a robar el Machu Picchu. Así que tú también te pones a correr porque claro, no vas a ser la última, y allí todos como tontos corriendo una hora por la selva hasta que llegas a un punto donde realmente tienes que escalar un muro, parecíamos zombies subiendo por una pared. Bueno que me lío, por fin llegamos a la Puerta del Sol, pero ni siquiera había amanecido, estaba aún en penumbra. La Puerta se llama así porque estaba dedicada al Dios Sol (Inti) y el sol entra por la puerta el día del solsticio de verano.
Y así se ve Machu Picchu por primera vez.
Yo lloré de la felicidad al saber que por fin podría hacer pis en un baño de verdad, aunque fuera pagando. Los 2 soles mejor invertidos de mi vida. De Machu Picchu no os pongo fotos que ya os lo sabéis.
Consejos prácticos:
- El Camino Inca no se puede hacer por libre, es obligatorio contratar una agencia, que te pondrá en contacto con un guía. Las hay más baratas y más caras, dependiendo de la fama que tengan, los servicios que ofrezcan (por ejemplo, la calidad de la comida o si te cargan también la mochila) y lo que paguen ellos al guía y a los porteadores. Yo contraté el trail con una agencia local de Cuzco por 600 dólares. Por internet es difícil encontrar nada por debajo de los 700 dólares. Las agencias americanas suelen costar el doble que eso, pero van a cuerpo de rey (por los cumpleaños tenían hasta tartas con velas, visto con mis propios ojos). Si alguien quiere el contacto de mi agencia, que me lo pida por privado.
- El viaje se hace siempre en grupo. Es decir, aunque tú te apuntes sol@, la agencia te meterá en un grupo, que conocerás el primer día del camino. Esto está guay para gente que viaja sola, nunca vas a estar solo, y además es más motivador. En mi grupo éramos 7: un neozelandés, un americano, un irlandés, un chino, un argentino, un italiano y yo, la única chica
más el guía y 8 porteadores.
- Si quieres una opción alternativa porque no quieres gastarte tanta pasta, porque prefieres ir por libre, o porque quieres llegar andando a Machu Picchu pero las entradas para el Camino Inca ya están agotadas, puedes optar por el Salkantay. Es más largo y está a más altitud que el Camino Inca y no vas a ver ruinas, pero los paisajes son muy bonitos.
- En febrero no se puede hacer, se cierra por seguridad (llueve mucho) y para mantenimiento.
- Aviso logístico, especialmente para féminas: a partir del segundo día, los baños son un agujero en el suelo maloliente y repugnante que hay en cada campamento. Yo sólo pensaba "gracias a Dior que no tengo la regla". Hay poca intimidad, aunque sea en medio de la naturaleza, la mayor parte del camino es estrecho. O sea, si te entran ganas de mear (o de otra cosa) y no aguantas hasta el siguiente campamento, alguien va a tener que detener el tráfico para que la gente no pase y corte tu intimidad.