Alexandra Pereira (lovelypepa)

[IGirl]

Y añado que en el caso de influencers y similar poner fotos de sus hijos o menores en sus perfiles ( o cualquier ser sin su consentimiento) monetizan las apps y monetizan ellos, lo cual me parece vomitivo por muy bien que me caiga Chiara.

Estoy totalmente de acuerdo contigo. En el momento que subes una imagen a una red social o la compartes por WhatsApp, pierdes totalmente el control de la misma. Antes nuestras fotos de la infancia estaban en el álbum familiar, un marco de fotos… ahora a saber.

Hace un tiempo vendían tazas con fotos de menores sacadas de Internet para concienciar sobre el tema.

Y sobre todo, para mí lo principal es que un menor no ha dado su consentimiento (por razones obvias) para que su imagen se distribuya en redes. Los hijos de las influs van creciendo, alguno pondrá los puntos sobre las íes.

Por supuesto no me parece bien que les utilicen para hacer publi, como los hijos de Verdeliss que al parecer forman parte de una comunidad de bienes que hace labores de Agencia de publicidad. Si Verdeliss no llega a tener hijos, no tiene chiringuito.

Por cierto, alucino con esto, entre la una y la otra…

[Achís]

Le dice que utiliza palabras demasiado fuertes contra ella para luego llamarla Cenutria. Claro que si Pepis, clase y coherencia ante todo.

[Ohne]

@Mika* tienes alternativas a Whatsapp. A mi me gusta Signal el problema es que creo que si te envían una foto después de X tiempo la foto se borra tambien de tu teléfono. Yo la uso para temas de trabajo ya que tenemos WhatsApp 100% prohibido por temas de confidencialidad.

[Argo]

Flipo con todo lo que llevo al hospital para dos días. Y a pollito lo viste con ropa triste, sin apenas color, sin dibujos, en manga larga y gorro?!

[Salsera]

Muchas chorradas y bien cargada al hospital. Luego la mitad de las cosas no hacen falta.

[Mika*]

Si pero entiendo que la gente con la que te comunicas tiene que tener la misma app, y al menos en España creo que whatsapp es dominante. En mi curro, siendo una start-up de tecnología utilizamos WhatsApp

[IGirl]

Muchas chorradas y bien cargada al hospital. Luego la mitad de las cosas no hacen falta.

Me puse a ver el vídeo pero me quedé dormida. La cantidad de cosas innecesarias que cargó en la parte que vi. 45 minutos de vídeo para contar una bolsa de hospital…

[metz]

No conozco el tema en detalle, pero cuando subes una foto a una red social ( y WhatsApp también lo es) cedes derechos o parte de ellos de uso de esas fotos. Las fotos en sí o información que se pueda sacar de la app escapa de nuestro control ( por ejemplo niño aparece comiendo tal golosina, eso son datos para industria y se paga por eso).

Luego además la foto en sí puede acabar en a saber donde o para qué (por ejemplo usar la foto de tu hijo para marketing online en x país o un click bait). Obvio que nos puede pasar a todos ( yo he cerrado mis perfiles y solo mantengo WhatsApp porque me parece mayor el perjuicio que me ocasiona el no tenerlo), pero en el caso de un menor me parece mucho más grave. Y aunque sean stories y se borran en nuestro perfil, TODO se guarda en la red de empresas que viven de explotar este tipo de datos. WhatsApp por ejemplo monetiza toda la info que puede sacar de sus usuarios. Hay muy poca legislación al respecto porque es complejo de poner de acuerdo a los agentes implicados y porque es relativamente reciente esta actividad.

No tengo hijos pero al menos con mis sobris sí que lo evito.

Por mucho que subas una foto a internet tú sigues teniendo derechos de imagen.

En cuanto al resto, entiendo que si una madre le da muchas vueltas al tema acabe dándole miedo, pero es todo muy extremo e improbable, las redes sociales están llenas de fotos de todo el mundo y no pasa nada.

Lo que decís del consentimiento, los niños pequeños no deciden nada, son sus padres los que les imponen literalmente todo: si llevan pendientes o no, creencias, educación, estilo de vida... No creo que subir una foto sea más escandaloso que cualquier otra cosa, si luego el niño decide que no quiere se borra y no se hace y ya está, pero no me veo a ningún niño teniéndole rencor a sus padres porque subieron una foto suya de viaje en Mallorca con la abuela.

Yo respeto a quien no quiera hacerlo pero creo que con lo de las fotos de los niños se ha llegado a extremos muy raros, como en los colegios que no dejan que los padres saquen fotos en funciones o días especiales por si acaso sale otro de refilón y sus padres se enfadan o cuando no se puede sacar fotos de un niño porque sus padres no dan consentimiento. Veo más probable que un niño de mayor lamente no tener esos recuerdos que de que sus padres subiesen algunas fotos suyas en alguna red social que seguramente para entonces ya no exista.

Todo esto hablando de gente normal con redes normales, no de influencers.

Perdón por el offtopic, si queréis seguimos en opiniones impopulares en tu mundo.

[Argo]

Esta es la influencer española a la que Tamara Falcó y Georgina Rodríguez van a querer copiar: su docureality arrasa, vive en Dubái y ha tenido un parto viral
Los cientos de seguidores enganchados a la nueva vida de Alexandra Pereira en Dubái no pueden estar equivocados. Su docureality en YouTube es más adictivo (y real) que los que Tamara Falcó y Georgina Rodríguez han hecho para Netflix.

Inevitablemente, los 'docurealities' que Netflix se ha sacado de la manga para aprovechar el tirón de las influencers son un éxito. Es difícil no dar en la tecla cuando posees una distribución global y tu protagonista tiene su propia base fan. Sin embargo, el dato de audiencia no ciega la prueba del algodón: cuesta no aburrirse tanto en 'La marquesa' como en 'Soy Georgina', acaso porque se ha sobrevalorado la capacidad fascinadora de Tamara Falcó y Georgina Rodríguez. Nos seducen sus fotos, pero escucharlas durante más de 20 minutos es 'too much', como diría Tamy.

Ni un gigante del entretenimiento como Netflix con todo el presupuesto a su disposición es capaz de sacar un buen 'docureality' de donde no hay demasiada 'reality'. Sobre todo porque las protagonistas, Tamara Falcó, Georgina Rodríguez o las que vengan, tienen que jugar a ser actrices. Como si eso fuera fácil. Esa ausencia de realidad, esa resistencia a mostrarse, explica que no enganchen las aventuras de Tamara y Georgina más allá que para criticarlas, ironizar o asombrarse.

Existe un punto medio entre vender el alma a la telerrealidad o interpretar malamente una versión unidimensional de una misma, como han demostrado Kim Kardashian y sus hermanas. Pero ninguna influencer española parecía capaz de pisar ese terreno, ya fuera por cobardía o por pasarse y caer en lo demasiado vulgar. La tarea no es fácil: hay que poner en movimiento ese estilo de vida aspiracional e inalcanzable del planeta influencer, pero aliñarlo con la emoción de lo real.

Una española, influencer de la primera ola, sí ha logrado el 'docureality' que hubiéramos esperado de Tamara o Georgina, y sin necesidad de que Netflix le firme el cheque de producción. Hablamos de Alexandra Pereira, la misma influencer que rompió internet con su denuncia del acoso y la violencia que le llegaba desde el foro de una conocida revista de moda, allá por 2018.

Aquella intervención a lágrima viva logró visibilizar ocho años de insultos y comentarios negativos, además desde un foro que se suponía afín. Supuso un pequeño terremoto en la industria española de la influencia y mostró la capacidad de Alexandra Pereira para darle la vuelta a las turbulencias de lo online y jugarlas a su favor. Ha superado 1.300.000 de visualizaciones.

Por qué es famosa Alexandra Pereira
Alexandra Pereira ha construido una carrera meritoria en el elitista territorio de la moda: muy pocas mujeres sin un apellido, un título o una red de amigos ricos e influyentes logran llegar donde ella ha llegado. A golpe de foto, ha pasado de promocionar low cost a vestir alta costura y fotografiarse en los mejores hoteles de París, la ciudad a la que se mudó hace un par de años. Y aunque el subidón estético ha sido sobresaliente, el contenido de Alexandra era esencialmente el mismo: solo apto para muy amantes de la tendencia.

Lo que ha ocurrido en los últimos meses ha dado un vuelco al canal en el que Alexandra Pereira ha mostrado siempre algo más que moda: YouTube. Todo ha sucedido de una manera muy natural, o eso parece. Se puede comprobar en las visualizaciones de los vídeos que sube cada jueves a su canal. De rondar los 150.000 visionados en el mejor de los casos, ha saltado a aspirar a los 300.000. Algunos vídeos recientes llegarán, sin duda, a superar el medio millón de espectadores.

La fórmula Pereira para convertir su canal de YouTube en lo más cerca que ninguna influencer española ha estado jamás de Kim Kardashian se resume fácilmente, pero no le hace justicia a lo adictivo que resulta su contenido. Sin dejar de suministrarnos constantemente inputs sobre sus bolsos, desfiles, hoteles, compras y demás obsesiones fashion, ha decidido explicar a su comunidad la cruda realidad: odia París, la ciudad a la que se mudó en diciembre de 2020.

Alexandra quiso poner una pica en París y París se la comió, pero de la misma manera que convirtió el brutal acoso de aquel foro en su vídeo más popular, ha tornado su malestar parisino en otro gran éxito para su canal. El vídeo en el que por fin cuenta que rompe con París y que ha estado tramando una mudanza secreta a ¡¡¡Dubái!!! es fascinante. En general, todo lo que sucede después de ese vídeo es droga. No puedes parar de mirar.

Tras anunciar el relativo fracaso de la aventura parisina (no os perdáis las razones porque son brutales), se sucede un carrusel fabuloso de acontecimientos, siempre con su marido libanés atusándose el pelo (qué inteligente es Alejandra cuando lo utiliza como contrapunto irónico necesario) y su barriga de embarazada. Que no se nos olvide. Todo este trasiego París-Dubái sucede con la influencer en la última fase de su embarazo. Casi nada.

Todo lo que soñaste comprar, bolso, gafas, coche o casa con vistas a la palmera, ya lo ha comprado Alexandra Pereira por ti. De hecho, la cantidad de tiempo, esfuerzo y vida que dedica a estetizar todo lo que la rodea te deja tan exhausta, que se te quitan las ganas de volver a entrar en una tienda online en una buena temporada. Pero no puedes parar de mirar. Deseas esa casa con todas tus fuerzas.

Cada capítulo de «Mi vida en Dubai» es más fascinante que el anterior. Todo el sufrimiento en París lo borra el café hiperdecorado de cada mañana, el ramo de rosas perfectas, el mensajero que trae uno y mil paquetes o la emoción ante la inminencia de Sasha, su bebé. Cómo perderse, por otra parte, sus reflexiones ante el espejo cada noche, mientras se desmaquilla. Son como una nueva versión del final de las 'Amistades peligrosas' en el que la marquesa de Merteuil (Glen Close) ya no llora. Dice: LOLS.

LOLSSS

Le ha faltado mencionar el no-jardín.

[metz]

Comparar con las Kardashian como si fuese algo bueno, eso sí que es LOLZ.

[Likis]

Ha escrito ella el reportaje? LOLS

[Tigrilla]

Algunos párrafos parece que vayan con retranca

[Argo]

Algunos párrafos parece que vayan con retranca

Yo creo que es totalmente irónico.

[Achís]

A mi tambien me ha parecido irónico

[thatschic]

Por favor, claro que es irónico jajajaj.

[Ohne]

No doy crédito de verdad

[Salsera]

Yo tambien pienso que es ironico

[Tigrilla]

¿De dónde es esto?

[Argo]

¿De dónde es esto?

De la web de mujerhoy. Alexandra lo ha publicado en sus stories como si fuera un reportaje favorable...

[Tigrilla]

¿De dónde es esto?

De la web de mujerhoy. Alexandra lo ha publicado en sus stories como si fuera un reportaje favorable...

LOLS.