-El mundo me parece pobre y plano, basado en tópicos. La autora no se molestó en crear una historia y mitología que fueran unos buenos cimientos, algo que para mí es indispensable. Sabemos que hay dos fuerzas antagónicas, el Orden y el Caos, y que el Orden acabó con la era del Caos, y con la raza de hechiceros, los Ancianos, que gobernaba el mundo.
El Castillo, construido por los Ancianos y los dioses del Caos sigue siendo el epicentro del poder. Pero los siervos del Orden destruyeron casi todos los archivos de los antiguos y no tienen la menor idea de cómo funciona. Su magia, que nunca sabemos de qué tipo es ni qué cosas puede hacer, es un juego de niños.
Todos hablan la misma lengua, no hay reinos ni repúblicas ni ciudades estado. Hay provincias y margraviatos. Para mí, como una de las cosas que más me gusta de la fantasía es leer sobre diferentes culturas y sus choques, es bastante decepcionante.
Y los personajes. Ah, qué mal me caen todos menos Yandros, el Señor del Caos, (en eso no he cambiado de opinión, aún debo tener una carpeta con fanfics que escribía sobre él). Es mi alma gemela, me cae muy bien y quiero que sea mi amigo.
Tarod... Uff, es tan guapo y tan pagado de sí mismo. Se supone que es un Iniciado sin igual y actúa como un chiquillo, casi se muere, hace un pacto sin preguntar con Yandros que le salva la vida a cambio de otra y se enamora de una chica guapísima y muy ambiciosa. En esto, convocan a Yandros y él les dice que Tarod no es humano, que es del Caos.
Bueno, pues Tarod no quiere escucharlo y lo expulsa del mundo, él es un buen chico seguidor de los preceptos de los dioses del Orden y todas esas cosas. Pero su amigo, el Sumo Iniciado lo traiciona, lo condenan a muerte y él se escapa para buscar a su novia, Shashka.
La chica en cuanto se entera del percal decide que no quiere saber nada de él, lo traiciona y se dedica a seducir al ex amigo de su antiguo amante, que un Sumo Iniciado es mejor partido que un proscrito.
Cyllan me cae fatal y me parece un personaje triste. La autora la describe con tan poca autoestima y carente de atractivos físicos o de otro tipo que da pena. Pero es una opinión impopular porque entre quienes han leído los libros, es uno de los personajes más queridos
En el segundo libro, Tarod se enamora de ella. Enamora, ejem, lo que tiene pensar con la gallinácea. Ella ya bebe los vientos por él desde su primer encuentro. Su primera vez es una viola***n, después lo arreglará diciendo que el no tomó nada que ella no quisiera darle
. Que he leído primeras veces en novelas románticas mucho más chungas, pero aquí se deja claro que hasta el momento de cometer el acto, Tarod estaba pensando en Shashka.
Entonces, como lectora, se supone que me tengo que tragar que su amor es profundo y único. NO.
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El final... Lo único salvable es la aparición de Yandros y sus hermanos, cuando Tarod acepta por fin lo que es. Pero nada de lo que yo esperaba, que volvieran a instaurar el Caos, a darle poder a los magos y darle vidilla a ese mundo, nada de eso, ¡instauran el Equilibrio!, ¿En serio? Y se llevan con ellos a Cyllan a su reino. Que a lo mejor soy yo muy malvada y sangrienta, pero qué menos que los Señores del Caos actúen como lo que son. Pues no, resultan ser unos tipos de lo más comprensivos y hasta amables.
En cuanto a la siguiente trilogía, la de la Puerta del caos, lo único que para mí vale la pena son las escenas (muy pocas) donde sale Yandros. El resto me sobra, empezando por Tarod.